El cráneo es una estructura ósea resistente que mantiene el cerebro protegido gracias a seis huesos que lo componen. Estos son los huesos etmoides, parietales, temporales, esfenoides, frontal y occipital. Cada uno tiene diferentes características, empecemos explicando el que se encuentra entre el frontal y el esfenoides.
Huesos etmoides
El hueso etmoides a diferencia de otros es un hueso único, es decir no es par. Es el suelo del cráneo y en él se articulan los demás huesos craneales manteniéndolos unidos unos con otros. La localización del hueso hace que sea complejo de visualizar, por ello la mejor forma de observarlo es desarticulando el cráneo.
Se ubica exactamente delante del hueso esfenoides y detrás de la cisura etmoidal del hueso frontal. Su ubicación forma las paredes internas de las orbitas, la división de las dos cavidades nasales y la pared superior de la cavidad nasal. Por lo que interviene en el macizo facial o huesos de la cara.
Dos masas a los lados de la cavidad nasal componen el hueso etmoides, estas se unen por la lámina cribosa y crista galli, que forman células etmoidales. Estas intervienen en el sentido del olfato.
La crista galli junto a la lámina perpendicular son las piezas centrales ubicadas en dos de los puntos de osificación (puntos de formación de tejido óseo). Los otros dos son para los laberintos etmoidales.
Partes que lo conforman
Ahora bien, los huesos etmoides están compuesto por las siguientes partes:
- Laberintos etmoidales que son un conjunto de células etmoidales divididas en anterior, medio y posterior. Están insertados en la placa medial y lateral. Estos laberintos se forman en la etapa de gestación en el quinto mes y van creciendo durante los primeros años de vida.
- La lámina cribosa se identifica por sus perforaciones en los cuales fluyen los tractos olfatorios (tira angosta de sustancia blanca). Es suave, triangular y gruesa. En su parte frontal hay una fisura ocupada por un proceso de duramadre.
- La placa perpendicular se diferencia a la anterior por ser aplanada y delgada, tiene una forma poligonal. Esta desciende desde la placa cribosa.
El hueso se articula con los huesos nasales, maxilares, huesos lagrimales, palatinos y cornetes inferiores. Y sin emparejar con los huesos frontales, vómer (hueso de la cara que ayuda a formar el tabique nasal) y esfenoides.
Problemas clínicos
Como todo hueso, este puede fracturarse dando origen a una fractura etmoidal causada por algún traumatismo facial. Como pegar la cara al tablero del auto o caer desde una altura significativa.
En estos casos pueden ocurrir dos tipos de fracturas. La fractura de la placa cribiforme ocurre cuando las ramas del bulbo olfatorio se cortan, puede generar pérdida del olfato. Y la fractura del laberinto la cual genera el ingreso del aire a la órbita porque las paredes orbitarias se quiebran.
La rinorrea traumática del líquido cefalorraquídeo o rinorrea del LCR ocurre cuando el líquido entra a la cavidad nasal y fluye hasta drenar desde la nariz.
Este problema es causado por defecto en el hueso etmoides o por fracturas; la mayoría de veces se resuelve con tratamiento pero a veces se recurre a cirugía.
Como se observa los huesos etmoides son igual de importante que todos los que componen el sistema esquelético y puede generar problemas en caso de accidentes.